La función social de la enfermedad mental
por Diana Campolongo

Lo imposible de soportar

La conferencia de Apertura de la sección clínica, es un texto clave para situar el lugar que las presentaciones de enfermos tienen en la enseñanza de Lacan. En ella plantea que la clínica “es lo real en tanto que es lo imposible de soportar”[1]. Es lo imposible lo que no entra en juego en la subjetividad del sujeto psicótico, pleno de sentido o de sinsentido, y por lo tanto esta clínica adquiere en la psicosis una dimensión particular, por la manera de presentarse lo real.

La PE pone en evidencia de qué manera el síntoma se constituye en el diálogo entre el entrevistador y el entrevistado en presencia de un tercero que es la asistencia, ya que si el clínico que presenta no  sabe más que una mitad del síntoma (…) es él que tiene la carga, que no haya presentación del enfermo, sino diálogo de dos personas y que sin esta segunda persona no habría síntoma acabado[2].

Lacan transforma radicalmente la presentación de enfermos de la psiquiatría, en la que el paciente que se presenta es el medio para enseñar los fenómenos psicóticos, él mismo como el objeto de estudio, y en la que ninguna sorpresa es esperable.

La intervención de Lacan en ese campo médico, campo del saber en la posición de dominio, fue la de subvertirlo al convocar al sujeto y restituirle la palabra.

Este aparato que es la PE constituido por tres actores: entrevistador, entrevistado y publico, permite dar al testimonio un lugar de tratamiento del goce. El paciente se dirige a la asistencia-sea directa o indirectamente- por el hecho de testimoniar.

En su escrito sobre el tratamiento posible de las psicosis, Lacan plantea en el esquema I los límites a toda la distorsión del sujeto y el Otro entre, por un lado el amor inalterado que mantiene por su mujer y, por el otro, el que Schreber se dirija a nosotros como lectores para esclarecer a la ciencia  y a las verdades religiosas.

Se ubica de esta manera en una posición de enseñante, es él quien tiene algo para dar.

El derecho a la ironía

 Si bien -según el axioma de Lacan- todo el mundo es loco, conviene mantener la perspectiva que da la clínica diferencial de las psicosis ya que en este dispositivo el funcionamiento para cada uno de los tipos clínicos es distinguible.

En su definición más precisa de la paranoia, el goce está identificado en el lugar del Otro como tal[3]. Por su parte el esquizofrénico, en quien todo lo simbólico es real[4], rechaza al Otro al rechazar al significante; así desnuda la impostura del discurso, atacándolo.

Es Deleuze quien señaló el problema de la relación Capitalismo-Esquizofrenia[5].

Pero, a diferencia del discurso capitalista que rechaza la castración y en el que el objeto queda suelto del sujeto, en el esquizofrénico, lo que queda suelto es el significante, que no se asocia al Otro, y por lo tanto no hace lazo social. Correlativamente la relación al objeto -que no ha sido recortado para otorgarle un cuerpo- hace que no esté interesado en la demanda, ya que lo lleva en el bolsillo[6]. No lo ofrece al campo del Otro y en consecuencia no le demanda nada.

En una aguda crítica al psicoanálisis de su época, Lacan responde a los estudiantes de filosofía, ante la pregunta por la función social de la “enfermedad mental”[7]. Allí plantea la ironía del esquizofrénico como la práctica que lo arma, y que llega a la raíz de toda relación social[8]. En cambio, cuando se trata de la neurosis, la ironía falta, como así también en el psicoanálisis…

Lacan intenta restablecer para el psicoanálisis los derechos de la ironía mediante lo cual quizás nos curemos del psicoanálisis de hoy[9].

Su respuesta a los estudiantes, aunque demasiado irónica –como el mismo lo dice- no deja de iluminar la práctica analítica desde el punto de vista del esquizofrénico, como una manera de apuntar al lazo que el discurso produce.

En este sentido, la PE abre la posibilidad de intervenir sobre esa práctica irónica, alterándola en su potencia, dando lugar al lazo que el dispositivo introduce.

Es una oportunidad que puede hacer surgir la sorpresa del analista y del entrevistado, produciendo una discontinuidad.

Un paciente[10] pudo hacer un uso diverso de la ironía, cuestionando el saber del médico por un lado y por otro poniéndose a resguardo del “usted no tiene nada”, rechazo que experimentaba en el campo de la medicina.

El sesgo hipocondríaco del lenguaje de órgano, insistió varias veces durante su testimonio. Decía no entender nada de medicina, y al mismo tiempo se explayaba en enseñar cómo está constituido el cuerpo de los humanos. Ese saber había sido adquirido sin el apoyo de ningún Otro.

Denunciaba de esa manera, en el corazón del orden médico, que el saber es la impostura de todo discurso.

En la sala de espera del hospital había encontrado por su propia cuenta la respuesta que necesitaba a un trastorno médico asociado al trauma. Ante la imagen de un cuerpo humano retratado en una lamina, había hecho su diagnóstico y es lo que nos transmitió en la presentación.

Con su práctica irónica el esquizofrénico denuncia la impostura de saber de todo lazo social, y es en el dispositivo de la presentación que eventualmente puede producirse una alteración de esa práctica.

Nuestro paciente que había pedido que le realizara preguntas para ayudarlo a hablar, al final de la presentación se deja sorprender por la disposición a tomar la palabra, e introduce una dimensión del Otro aminorando los efectos de su posición, con un “Discúlpenme si los aburrí”.

En cada PE conviene ubicar cual es el aporte que se pudo hacer al tratamiento ya conseguido por un sujeto esquizofrénico a su fuera de discurso. Y considerar además que es la ocasión para interrogar la posición del analista en ese único encuentro con la gente que está ahí, entre los muros, plenamente capaz de hacerse oír a condición de que haya orejas apropiadas.[11]

 

[1] Lacan, Jacques, Apertura de la sección clínica en Ornicar?, 9, abril de 1977. Texto establecido por Jacques-Alain Miller.

[2] Lacan, Jacques, Seminario Problemas cruciales para el psicoanálisis, clase del 5/05/65, Inédito.

[3] Lacan, Jacques, Presentación de las memorias de un neurópata, en Otros escritos, Paidós, 2012.

[4] Lacan, Jacques, Respuesta al comentario de Jean Hippolite en Escritos 2, Siglo XXI.

[5] Deleuze, Gilles, Derrames entre el capitalismo y la esquizofrenia, Cactus, 2005.

[6] Lacan, Jacques, Breve discurso a los psiquiatras, Cercle Psychiatrique H. Ey Sainte Anne, 10/11/67, Inédito.

[7] Lacan, Jacques, Respuesta a los estudiantes de filosofía, en Otros escritos, Paidós, 2012.

[8] Ibid, página227.

[9] Ibid, página 227.

[10] Campolongo, Diana, Vaciar el cuerpo, en Diálogos 3, Trauma y despertar, ICdeBA, 2019.

[11] Lacan, Jacques, Hablo a las paredes, Paidós, Buenos Aires, 2010, p.100.

DIANA COMPOLONGO

Médica especialista en psiquiatría. Miembro de la EOL y la AMP
Docente de la Maestría en Clínica Psicoanalítica de la UNSAM
Docente del ICdeBA. Docente del IOM2
Supervisora de la Residencia y Concurrencia en Salud Mental del HGA Parmenio Piñero