distopía

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Y fue el señor Google  que  dijo: una sociedad ficticia  indeseable en sí misma. Es un” mal lugar”…. Ah! y ahora donde me  meto, si todo el planeta está igual, decidí después de los dos primeros días de cuarentena, hacer un viaje de aventuras sin compañía ni turistas y fue meterme en los placares de la casa, que mundo maravilloso,  descubrí cosas que había “perdido”  otras que había olvidado, descubrí historias guardadas, fotos que no son mías, también aparecieron zapatos que ya no me pondría y ropa que no usaría. Pregunto ¿Por qué uno vive con cosas que no son útiles pero que  atesoramos en esos rincones como si fueran parte de nuestra vida? al final transformamos los placares en un “mal lugar” porque ocupan espacios que son necesarios y nos quitan lugar a nosotros que somos los dueños del  almacenamiento. Ahora me quedé con cuatro cosas pero extraño lo que se fue, que raro que somos no, si lo tienes molesta si lo sacas lo sufres, me parece que me visitó una gata que se esconde en el jardín.

Pero sigo buscando debe haber algún  lugar en donde  dejamos nuestros sueños nuestras utopías,  por ahí la encontramos en alguna caja olvidada, en alguna media solitaria o un papel amarillo con canciones de amor, los placares nos enfrenta con todo lo bueno y  con  lo que no lo es. 

Fue un viaje a lo desconocido casi como nuestro propio futuro,  ¡ufa che otra vez el pesimismo!  ¿Te parece?  Y bueno sigo haciendo botellas de Amor en una de esa salvamos al planeta del plástico algo es algo.