CLÍNICAS DE GUADALUPE ESTEBAN
Y CARLA LLANOS

A partir de dos preguntas proponemos a los invitados a compartir su clínica:


GUADALUPE ESTEBAN

Fantasear con la playa tomando algún buen vino es LA ecuación en estos tiempos.

  • Sobre aquella afirmación ética de Lacan respecto a que el analista debe estar a la altura de cómo la época vive la pulsión, nos preguntamos ¿Cuál es la incidencia de la tecnología en la clínica en estos tiempos y como modifica esto el dispositivo?

    Estamos viviendo una situación particular por la que nos hemos visto obligados a reorganizarnos y reinventar los dispositivos en los que nos encontramos. En estos tiempos de distanciamiento social, la tecnología se ha convertido en la herramienta principal y a veces exclusiva de contacto por lo que probablemente mucho se modifique…Entiendo que existe un enorme debate en el que litigan quienes consideran que un análisis no puede realizarse bajo una modalidad virtual y quienes afirman que ello es posible… el encuentro entre los cuerpos es irremplazable, pero considero que al momento ha sido necesario que todos nos acomodemos a la situación.Miller en Matemas I nos recuerda: “El deseo del analista es entonces sin duda una categoría ética; pero se trata también de que sea operatorio, que sea técnico en la cura”[1] (p.127) Siendo abanderados de la indicación clínica de Lacan sobre la abstinencia de la comprensión[2] y teniendo en miras que un analista puede conocer de la efectividad de sus intervenciones por los efectos que puedan ir apareciendo, habría que contemplar un tiempo para obtener información más fehaciente al respecto.Mientras tanto, considero necesario apostar a que es viable un análisis mediatizado por el uso de los medios tecnológicos…dependerá del analista también cómo hace entrar esa variable al dispositivo y si puede incluso darle cierto estatuto en la interpretación. Francois Ansermet aclara “la cuestión no es si hacerlo o no, sino saber cómo implicamos eso en el marco de la cura, lo que hacemos con ello.”[3]¿Acaso no estábamos, desde antes de la pandemia, en un mundo en el que reinaba la imagen y en el que crecía a pasos agigantados la preferencia de interacción virtuales a las presenciales? Podríamos empezar por estudiar el uso que les dan los jóvenes a los medios tecnológicos que en muchos casos llegan a considerarlos casi como la única posibilidad de contacto con otros….No está la presencia de los cuerpos, pero está la voz… acaso en el diván….acaso en el análisis no es la voz la protagonista?

    Si hay cosas que no sirven para nada, como aquellas que el capitalismo hace, del psicoanálisis ¿Qué se puede decir, para qué sirve?

    Considero que el psicoanálisis sirve para rescatar singularidades encontrándose en lucha permanente contra la pretendida homogeneización capitalista.El deseo del analista esta movilizado porque ese sujeto que ingresa al consultorio es único e irrepetible…y lo es, aunque tengamos los mismos derechos, aunque vivamos bajo el mismo techo, aunque escuchemos la misma música o nos compremos el mismo jean… las diferencias nos enriquecen. Lacan finaliza su Seminario 11 remarcando que “[…] el deseo del análisis es el de obtener la diferencia absoluta […]” una diferencia singular, no comparable ni articulable; lo que denota el goce singular.[4]

    Las diferencias las encontramos en pequeños detalles….a veces destellos, brillos… instantes…el psicoanalista es un detective del detalle… Miller señala la necesidad de afilar el ojo clínico hacia aquellos divinos detalles que pueden iluminar la estrategia y dirección de una cura.[5]

    Parafraseando a Mónica Torres[6], se trabaja incansablemente para que cada uno pueda encontrar su solución… alguna manera, alguna vía que le permita al sujeto correrse del goce mortífero y vivificarse.

    [1] Miller, J. (2010) Matemas I. p.127. Buenos Aires: Ed. Manantial

    [2] Lacan, J. (1958) La Dirección de la cura y los principios de su poder. En Escritos II, p. 559- 616. Buenos Aires: Ed. siglo veintiuno

    [3] Conversación publicada en De la Infancia a la Adolescencia, Miller y otros (2020), p.149.Buenos Aires: Ed. Paidós

    [4] Lacan, J. (1964). El seminario de Jacques Lacan libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. P.284. Buenos Aires: Ed. Paidós.

    [5] Miller, J. (2017. Los divinos detalles. Buenos Aires: Ed. Paidós.

    [6] Torres, M. (2012). Amor, deseo y goce. Cada uno encuentra su solución. Buenos Aires: Grama ediciones.



ANNA CARLA LLANOS
Delegación IOM2 La Rioja
Tengo amor por lo vivo y la música habla por mí.
Creo que el azar puede ser un verdadero cabrón.

  • Sobre aquella afirmación ética de Lacan respecto a que el analista debe estar a la altura de como la época vive la pulsión ¿Cuál es la incidencia de la tecnología en la clínica de estos tiempos y como modifica esto el dispositivo?

    • DEL SIN CALCULO A VOLVER A CONTAR
    • VIRTUDES DE LO VIRTUAL

    La pandemia llegó para todos, casi en el orden del sin calculo, salir de ese impacto, implicó contar con el psicoanálisis mismo para hacer frente a las encrucijadas.  Pensar el psicoanálisis desde las condiciones actuales es mantener vigente  hoy más que nunca que el psicoanálisis es una praxis. Hablar del psicoanálisis y lo virtual es destacar que no  se trata de  una terapia online más, no se trata de la promoción  de un producto del mercado, sino  de la oferta de un dispositivo de escucha y tratamiento de lo más real del sujeto, un tratamiento posible de la angustia.

    En esta vía pensar los usos del psicoanálisis y lo virtual  remite  a poner el analista en el banquillo y volver a los principios de la situación analítica en tanto  es una clínica en trasferencia.

    En torno a esto tomo algunas citas del texto de Lacan sobre  la dirección de la cura:

    -“nos estremecemos al mostrarnos en nuestra arcilla como hechos de la misma que aquellos a quienes  amasamos”

    Pensar la transferencia como resistencia, lo que no anda en ese lazo especial que une al analizante con el analista. – la contratransferencia, o para darle el nombre que Lacan le dio, la resistencia del analista,  es hablar de la suma de sus prejuicios, su afán pedagógico, su narcisismo, su infatuación, su furor sanandis, su rechazo a ser semblante, su identificación con el saber …

    Pienso que la preocupación  sobre legitimidad del análisis virtual va en  consonancia con lo que Lacan nombra como el efecto de las pasiones del analista: su temor que no es del error, sino de la ignorancia, su gusto que no es satisfacer, sino no decepcionar, su necesidad que no es gobernar, sino de estar por encima.

    -“que se confunda esa necesidad física, de la presencia del paciente en la cita, con la relación analítica es engañarse”

    -“el analista da su presencia, pero creo que ésta no es en primer lugar, sino la implicación de su acción de escuchar, y que esta no es sino la condición de la palabra”

    Destacar las virtudes de lo virtual, permite volver un punto de dificultad del analista en una ganancia de saber para la comunidad del psicoanálisis mismo. Lo virtual sosteniendo el lazo de la comunidad misma, abriendo fronteras y posibilitando encuentros incalculados sin esto. Lo virtual en función al deseo, siempre  advertidos de los usos y cálculos que corresponden en cada caso singular, los afectos traspasan pantallas siempre que no nos adormezcan los efectos especulares.

    ¿Si hay cosas que no sirven para nada, como aquellas que el capitalismo hace, del psicoanálisis ¿qué se puede decir, para qué sirve?

    Siguiendo esta línea de desarrollo pienso al psicoanálisis como un artefacto: para poder activar, salir del efecto adormecedor, disponiendo la incidencia del dispositivo del psicoanálisis como una red misma. Que la red  virtual funcione como red y no como trampa, porque lo que acontece es siempre del orden del sin calculo.

    Agradezco ésta invitación al CID Mendoza trayendo la célebre frase de Lacan: “El analista es aún menos libre en aquello que domina estrategia y táctica: a saber su política”.

    La dirección de la cura y los principios de su poder, escritos 2

    Situación del psicoanálisis en 1956, escritos 1

    Las enfermedades del sujeto supuesto saber,  Graciela Brodsky