La infancia es una casa que nunca existió
Casa-rancho-chalet-palacio, casa-rancho-chalet-palacio, techito x si llueve, tasa-tasa, cada uno a su casa; y jugábamos al patrón de la vereda, de la vereda de la casa de cada uno.
Sí, todos pensamos que una casa es un refugio porque el malo, el mal, están siempre afuera. Una casa es un refugio, pero también puede ser un infierno. La casa es el lugar donde están nuestras cosas y -se supone que -también los que amamos. Pero habitar una casa es habitarse a sí mismo, quizá sea el tiempo de mirar para adentro, de mirar de adentro hacia afuera mientras, afuera, las ciudades fantasmas amenazan con que solo habrá: casa-rancho- chalet- palacio, casa-rancho-chalet-palacio, techito x si llueve.